domingo, 5 de febrero de 2012

Productos que ponen en jaque al ahorrador y a la banca




La banca ha dado gato por liebre a algunos clientes, que fueron a la oficina en busca de un depósito y salieron con unas preferentes. Si es su caso, sepa cómo actuar.

Las participaciones preferentes, las cuotas participativas, los bonos convertibles o la deuda subordinada no son depósitos bancarios, ni fondos garantizados. Y si usted contrató alguno de estos productos pensando que se trataba de un producto sin riesgo, se equivocó. O le indujeron a equivocarse.

En los últimos años, las entidades se han lanzado a emitir masivamente títulos de deuda para captar capital, pero la ortodoxia de la comercialización, en algunos casos, es cuestionable. Y es que la complejidad de estos productos no se ha correspondido, en ocasiones, con los conocimientos financieros del cliente o con el nivel de riesgo que éste estaba dispuesto a asumir.

Los comerciales de las oficinas bancarias, muy presionados con objetivos de colocación ambiciosos, se han visto enfrentados a un conflicto de intereses, donde las necesidades del banco han pesado, muchas veces, más que las del particular. El resultado es que miles de particulares tienen literalmente atrapados sus ahorros en productos que adquirieron sin entender su complejidad. Y, en un momento de profunda crisis financiera en el que necesitan tirar de su patrimonio, no logran deshacer una inversión que consideraban segura o tienen que asumir pérdidas de hasta el 50%.

Pero la mala praxis bancaria no es extrapolable a todas las oficinas y entidades. Muchos particulares contrataron productos tentados por una atractiva rentabilidad conocedores de los riesgos y, ahora que la polémica está servida y que la crispación social se ha desatado, se han sumado al carro de las víctimas.

Entretanto, una oleada de quejas y reclamaciones ha llegado a las entidades y a los reguladores, CNMV y Banco de España, según proceda, en los últimos meses.

Preferentes

En este momento son las participaciones preferentes (títulos de deuda perpetua que no vence nunca) los títulos que más controversia están generando. De hecho, el pasado miércoles, Julio Segura, presidente de la Comisión Nacional del Mercado de Valores, admitió que ha habido problemas “puntuales pero no generalizados” con la comercialización de participaciones preferentes. La organización de consumidoras Facua, por su parte, tildó la venta de este producto como un “macrofraude”.

En 2011, el organismo abrió seis expedientes a entidades por la deficiente comercialización de estos productos. En los casos en los que el cliente realizó un test de idoneidad –en 2008 entró en vigor la normativa Mifid– y firmó el tríptico con las condiciones del producto, es difícil que el regulador le dé la razón. Sin embargo, sí se han detectado casos en los que los particulares fueron informados vía mail o teléfono de las condiciones del producto y, a partir de ahí, lo adquirieron. En este caso, el ciudadano tiene todas las papeletas para recibir el apoyo del regulador.

El pasado mes de mayo, según datos de la CNMV, el volumen emitido de participaciones preferentes ascendía a aproximadamente 30.000 millones. En las últimas semanas, entidades como Santander y Sabadell han ofrecido a sus clientes canjear sus preferentes por acciones. De este modo, los inversores pueden recuperar toda su inversión inicial, ya que la conversión valora los títulos al 100% del nominal. BBVA optó por un canje con convertibles y CaixaBank ha sido la última en dar una respuesta a los minoristas atrapados en preferentes. En su caso, su oferta de recompra es más compleja, ya que consiste en canjear el 70% del nominal de los títulos por obligaciones subordinadas a 10 años y el restante (30% del nominal) en obligaciones convertibles en acciones de CaixaBank.

Tras estas operaciones, “actualmente la magnitud del problema” de las participaciones preferentes sería de 11.300 millones de euros, según estimaciones de Julio Segura.

Como más vale tarde nunca (la mitad de los afectados ya han aceptado las ofertas), la CNMV prepara una guía con los criterios de canje de las emisiones de renta fija, entre los que destacará que el organismo no considera aceptable la práctica de ofrecer un canje de las preferentes por productos aún más complejos.

Por su parte, Javier Flores, responsable del Servicio de Estudios y Análisis de la Asociación Europea de Inversores Profesionales, considera, en referencia a los recientes canjes de las preferentes, que “parece evidente que no se está haciendo lo suficiente en la defensa y orientación de los inversores frente a la conducta de entidades o profesionales que pueden perjudicarles claramente”. El experto señala que “miles de inversores atrapados en las preferentes se ven ahora doblemente atrapados en unas propuestas de canje que empeoran su situación de desprotección y desinformación”.

Otro de los productos que más ampollas ha levantado entre los ciudadanos son los bonos convertibles de Santander.

En la memoria de 2010 (última disponible) de la CNMV aparecen varias resoluciones favorables a los inversores y en contra de Santander sobre este producto. Según el departamento de Atención de reclamaciones y consultas de los inversores, “los reclamantes coincidían en que, al suscribir los valores, lo hacían en la confianza de que se trataba de un depósito a plazo, con garantía de su capital, sin riesgos, aspectos que eran corroborados por los empleados de la entidad en las peticiones de información que hacían los potenciales adquirentes”.

La entidad, por su parte, no pudo acreditar que contaba con información adecuada del cliente antes de haber procedido a la colocación de los valores con el fin de contrastar si el producto se ajustaban a su experiencia y perfil.

Como respuesta al conflicto, el regulador alega que “en un cierto número de casos no se acreditó haber puesto a disposición de los reclamantes información escrita, con carácter previo a su contratación, que contuviese las características y riesgos de estos productos. Estas carencias informativas no se vieron subsanadas por la información contenida en los documentos para formalizar la inversión. Además, en muchas órdenes de compra no se reflejaba la identidad del emisor”.


Preferentes y subordinada, en el punto de mira


Titulos perpetuos, de escasa liquidez y condicionados a que la empresa o el banco obtenga beneficios. Éstas serían las tres características principales de las participaciones preferentes.

Titulos perpetuos, de escasa liquidez y condicionados a que la empresa o el banco obtenga beneficios. Éstas serían las tres características principales de las participaciones preferentes, un producto de moda que las entidades han estado comercializando en sus sucursales, principalmente, durante 2009. En total, bancos y cajas colocaron 12.000 millones en poco más de un año con el fin de mejorar su solvencia (Tier 1).

Sin embargo, muchos clientes que quieren recuperar ahora el capital invertido se encuentran con dos escollos, que la sucursal no encuentra contraparte para venderle el activo, debido a su escasa liquidez, o que cotizan muy por debajo de su valor nominal y, por lo tanto, puede asumir pérdidas, pese a los jugosos cupones que han estado recibiendo en muchos casos. De hecho, los títulos que cotizan en el mercado español Send, creado por BME en mayo de 2010 para dar más transparencia a los productos que se han colocado en la red, cotizan con pérdidas de hasta el 50%.

No obstante, también hay operaciones que se han cruzado cerca de la par, es decir, casi al 100% de su valor nominal (ver cuadro adjunto). Muchos inversores se sorprenden al ver que han contratado un producto con más riesgo del que creían y que, por supuesto, no se trata de un depósito ni de un fondo garantizado. La CNMV reconoció esta semana malas prácticas en la comercialización de las preferentes. Las entidades están obligadas a ofrecer la máxima información en un tríptico que el cliente debe leer con la máxima atención y después firmarlo si está conforme. Pero esta práctica fue obligatoria a partir de la puesta en marcha de la Mifid el 1 de noviembre de 2007, que pretende proteger al inversor, y no siempre se cumple.

Además, el pago del cupón o del interés está condicionado a que la entidad presente un beneficio distribuible suficiente. Con la crisis, ya se han producido impagos temporales en los intereses, como es el caso de la quebrada CajaSur, que estuvo sin remunerar los títulos hasta que se la quedó BBK. En el caso de liquidación de una firma, los inversores de las preferentes se sitúan entre los últimos lugares de cobro, sólo por delante de las cuotas participativas o de las acciones. Las obligaciones subordinadas, también muy populares, son diferentes, debido a que la mayoría tienen un vencimiento prefijado (no perpetuas). De ahí que en el mercado secundario coticen con menos pérdidas. Eso sí, el interés también está sujeto a que haya beneficio.


Bonos convertibles, un interés gancho pero peligroso


Los convertibles son un híbrido entre la renta fija y la variable.

Existen dos tipos principales, los bonos que se convierten en acciones de forma voluntaria o los que lo hacen de forma obligatoria. Estos últimos son los más populares, puesto que realmente permiten a las entidades mejorar la ratio de capital que están mirando con lupa las autoridades. En definitiva, el cliente recibe unos bonos por los que cobrará unos cupones o intereses, normalmente con periodicidad anual, y llegado el momento de conversión recibirá unas acciones a un precio determinado.

Santander ha sido la entidad que ha lanzado el mayor bono convertible de la historia. Lo hizo en octubre de 2007, poco antes de que entrara en vigor Mifid. Todos estos activos cuentan con un interés gancho muy atractivo, del 7,5% TAE en el caso del banco presidido por Emilio Botín, que luego se convierte en variable y depende de la evolución del euribor a un plazo de tres meses más un diferencial. Santander colocó 7.000 millones de euros de estos títulos entre 129.000 clientes que destinaron un capital medio de 54.000 euros. En octubre de este año, se producirá la conversión obligatoria en acciones de estos bonos.

Pero, si el panorama no cambia radicalmente, el inversor podría sufrir unas pérdidas muy elevadas. ¿Por qué? Todos estos bonos tienen un precio de conversión. Éste se puede fijar en el momento de la venta o en el de la conversión y puede tener una prima (sobreprecio) sobre la cotización. Santander lo fijó cuando empezó a comercializarlo y aplicó una prima del 16% sobre la cotización de ese momento, en 16,04 euros. Como se han ido realizando ampliaciones de capital, el precio se ha ajustado a 13,93 euros. La entidad comunicará el lunes otra bajada tras la emisión de acciones realizada para atender al pago del último dividendo.

Los bancos han sufrido un fuerte varapalo en bolsa como consecuencia de la crisis, que dura ya más de cuatro años. Esto aumenta el riesgo de que el inversor reciba unas acciones que cotizan muy por debajo del precio de conversión que se fijó, lo que puede provocar una pérdida considerable de capital en el caso de que el cliente decida vender los títulos en el momento del canje, pese a los cupones recibidos. Por ejemplo, la acción de Santander cotiza en estos momentos en 6,4 euros. En el caso hipotético de que siguiera así hasta el 4 de octubre, el inversor podría sufrir unas pérdidas del 56%. Pero no sólo Santander ha estado comercializando estos productos, este año se han sumado CaixaBank, Popular o Bankinter.


‘Swaps’, productos de protección envenenados


Los swaps hipotecarios o permutas financieras se comercializaron entre los particulares justo antes de que la crisis estallase con fuerza, cuando los tipos de interés estaban en niveles elevados (en octubre de 2008, el euribor alcanzó el 5,3%). Estos productos –derivados financieros– se concibieron en un primer momento como un seguro para proteger a los clientes de la subida de los tipos de interés. Sin embargo, cuando el euribor, la referencia a la que se vinculan las hipotecas de tipo variable, comenzó su periodo bajista, el efecto fue el contrario: los hipotecados no sólo no vieron reflejada en su cuota la caída del euribor, sino que su préstamo se encareció.

Según datos de Asuapedefin, la Asociación de Usuarios Afectados por Permutas y Derivados Financieros, la banca acumula 403 sentencias en su contra frente a 72 a favor, por las demandas presentadas por particulares y pymes para la anulación de los productos de intercambio de tipos de interés swaps. Bankinter es la entidad con más sentencias en contra, seguida por Popular y Banesto. Sabadell, BBVA y Novacaixagalicia también figuran entre las entidades que, según los tribunales, acumulan más sentencias en contra.

Al igual que en el caso de los productos de inversión, los magistrados están dictando sentencias valorando si el cliente fue suficientemente informado y comprendía el producto que estaba contratando.
En enero, la media del euribor se situó en el 1,83%.

Guía práctica sobre lo que debería hacer el inversor


¿Qué puedo hacer si me han vendido preferentes o convertibles como si fuera un depósito?

La entidad debería haberle ofrecido un folleto o tríptico con toda la información del producto avisándole de los riesgos. A su vez, el banco tendría que haberle hecho un test de idoneidad para saber si es adecuado el activo a su perfil. En el caso de que no haya firmado el folleto puede hacer una reclamación en la entidad que le ha vendido los títulos. Si no queda satisfecho con su resolución, debería acudir a la CNMV (www.cnmv.es) o al Banco de España (www.bde.es).

¿Qué opciones tengo cuando los reguladores no me dan un respuesta positiva?

El particular tiene la opción de continuar reivindicando sus derechos por la vía jurídica. Puede presentar una demanda individual o colectiva. Varias bufetes de abogados o asociaciones como Adicae (asociación de usuarios de Bancos, cajas y seguros), Ausbanc (Asociación de Usuarios de Servicios Bancarios), Asuapedefin (Asociación de Usuarios Afectados por Permutas y Derivados Financieros), Apymad (Asociación de pymes afectadas por swaps) promueven este tipo de acciones.

¿Qué opciones tengo si necesito recuperar ya mi capital invertido?

El cliente tiene la opción de vender sus participaciones preferentes en el mercado secundario, pero estos títulos podrían estar cotizando a un precio muy inferior al de su valor nominal. De hecho, algunas emisiones presentan en la actualidad unas pérdidas de hasta el 50%, es decir, si destinó a este producto 10.000 euros, recuperaría sólo 5.000 euros, a lo que habría que restar las comisiones que le cobre el banco por la operación.

¿Dónde me puedo informar sobre el precio al que cotizan mis títulos?

En principio, en cualquier sucursal le deberían dar esa información. Para mejorar la transparencia de estos productos que ha colocado la banca a través de la red de sucursales, AIAF creó en mayo de 2010 la plataforma Send, destinada a los inversores particulares. En su página web (www.aiaf.es), AIAF publica un boletín todos los días con las operaciones negociadas en la que aparecen los precios a los que se están cruzando los títulos, siempre que haya cruces, claro.

¿Me conviene acudir a las ofertas de canje que me ofrecen las entidades?

Muchas entidades, como Santander, BBVA, Sabadell o Caixabank, han decidido canjear sus preferentes por otros títulos, como las acciones o los convertibles con el fin de mejorar su capital. Cada una de las ofertas tiene matices diferentes de los que debe informarse. En los trípticos, aparece detallada esa información. En principio, no le queda más opción que acudir al canje si necesita liquidez. Si no lo hace, dependerá de que el banco amortice cuando le convenga.

¿Es recomendable que acuda a las ventanas de liquidez para canjear mis bonos convertibles?

Las entidades abren todos los años una ventana de liquidez para que el inversor pueda canjear los bonos convertibles de manera anticipada. Esta opción será atractiva siempre y cuando el precio de la acción de la entidad se sitúe por encima del precio de conversión o si lo compensa con los cupones que ha recibido desde que compró esos títulos. Pero, los bancos han recibido un fuerte varapalo en bolsa desde el estallido de la crisis, por lo que no suelen salir los cálculos.

Fuente: EXPANSIÓN.com

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